Después de ver "La Cocinera" tenemos que decir que nuestra vida cambió, por muchas razones pero principalmente por la excelente historia que escribió Eduardo Machado que nos hizo viajar en el tiempo y así sentirnos identificados, también por la marca que deja esta obra dentro del teatro venezolano, fueron estas las razones por la que nuestros aplausos finales eran de agradecimiento, no nos cansamos de aplaudir, y nos pasó lo que muy poco nos pasa, cada aplauso que dimos lo sentimos con mucha emoción. Empezamos felicitando a Rossana Hernandez que es la directora de esta pieza, quien hizo un trabajo maravilloso junto a su extraordinario elenco liderado por Layla Vargas, Rubén León, Ernesto Campos, Valeria Castillo y Josmary Gonzalez.
Layla Vargas es la cocinera, ella después de un fin de año y gracias a siempre darle amor a una familia y sentirse agradecida por las oportunidades que recibió, decide mantener la promesa a quien era la señora de la casa, quien tuvo que huir de Cuba inmediatamente cuando ganó Fidel Castro. Su cocinera estuvo cuidando su casa como ella solo lo sabía hacer, con amor, siempre esperando que regresará la dueña de la casa. Al final suceden cosas que quiebran el corazón de esta humilde cocinera que no hizo más que cuidar y defender la hermosa casa.
Este teatro es el que nos motiva hacer cosas maravillosas en las tablas, ha contar historias sin miedo a nada y desde la realidad que se tiene que vivir en el teatro. "La Cocinera" esta llena de una buena escenografía, una excelente dirección, un guión pulcro, unas actuaciones completamente sinceras, además de infinitas tareas de personajes. No nos queda más que decir que "Bravo" y seguir aplaudiendo esta pieza que debe ser vista por todo el mundo.
